Es natural que el niño preescolar sea incapaz de usar el color adecuadamente y orientar sus idas y venidas.
Siempre va de un color a otro, los mezcla .los superpone disfrutando plenamente de la experiencia del color y de su obra.
El color tiene una propiedad y es que le da vida y realce a sus trabajos y sobre todo esta diciendo como esta su estado de ánimo.
En el preescolar cuando el niño comienza a descubrir sus primeros trazos en el garabateo se dedica exclusivamente a buscar movimientos y formas. Juega con rayas en diferentes direcciones y con sus manos.
El color tiene poca importancia entonces en la etapa del garabateo ;solo el contraste de un lápiz negro sobre papel o una crayola o tiza blanca sobre el tablero merecen su atención estos son los mejores elementos que pueden proporcionarle a un niño cuando esta en la etapa del garabateo.
En la etapa preescolar en que el niño comienza dar nombre al garabateo despierta el gusto por utilizar colores dándoles ya un significado. Es aquí donde experimenta y se divierte diferenciando un color de otro sin necesidad de que tenga que identificar los colores. Lo importante en este momento es darle a sus trazos un colorido.
El contacto de sus manos con la pintura es toda una actividad que le brinda gran placer y satisfacción; desplazando sus deditos sobre el papel esparciendo y mezclando colores observando los colores que aparecen es como una magia para ellos .Dando formas y figuras que representan sus experiencias.
El niño preescolar comienza a efectuar sus trazos y seleccionar los colores a nivel exploratorio, en este momento es más importante el dominio y la coordinación motora que vaya adquiriendo en sus trazos y el colorido.
En la etapa pre-esquemática cuando el niño logra dar forma y representación a sus dibujos .Es cuando se despierta en el un interés y entusiasmo por la relación entre el dibujo y el objeto, más que por la relación entre el color y el objeto. Juega con líneas buscando nuevas formas no le interesa darle color real al objeto pintado. Esto depende de la impresión que le cada determinado color.
Al llegar a los cinco y seis años de edad cuando el niño preescolar va creciendo descubre por sí solo la relación del objeto con el color.
Reconociendo que el cielo es azul y el pasto verde siente gran placer al verificar que el color que ha dado a sus dibujos es el mismo que encuentra a su alrededor.
En este momento comienza a establecer relaciones concretas con los objetos que le rodean y comprende que todo tiene un orden, un color y un lugar determinado en el mundo ubicándose espacialment
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